Mi abuelo se va asegurándome que va a volver tarde y que vaya comiendo yo de lo que hay hecho. En vez de eso, me preparo un atracón: chorizo + una lata de alubias + croquetas + san jacobos. Lo como como si no hubiera mañana, sin hambre, sin disfrutarlo, y con la sensación de que voy a vomitar ahí mismo. En vez de eso lo vomito después y friego todos los cacharros, para no dejar pruebas, y hasta tiro la que habría sido mi parte de la comida. Y aquí estoy.

Y en clase hay una chica majísima que no deja de insistirme en salir alguna noche con ella y otro chico, a pesar que le he dicho que no soy sociable y que no me gusta salir, pero sigue insistiendo en que me lo pasaré bien. Y no entiendo por qué cuesta tanto dejarme estar a mi aire, por qué siguen queriendo que salga con ellos. Y todo eso solo aumenta mi frustración y hasta me cabrea, cosa que desde luego no muestro delante de ellos, porque no son majísimos y no se lo merecen.

Pero me centro en las clases y en perder peso y olvido todo lo demás, o hago como que lo olvido. Que mañana empiezo las clases de inglés y empezaré a empollar, porque el temario avanza y unas semanas empezaré a tener algún examen y todo lo demás ya pasará.