Por lo demás no tengo mucho que contar. Hoy no me he pesado, porque después de que me pusiera la cabeza como un bombo me metí una bolsa casi entera de patatas y pasaba de estar hoy de mala leche. Me llamaron del ginecólogo y la citología me ha salido bien. También tengo ya el volante para el oftalmólogo, pero lo tengo dentro de un mes. Y creo que de médicos eso es todo.
Como no tengo nada que contar, voy a hacer la entrada amena. Y se me ha ocurrido hacer una lista sobre las cosas que no me gustan de mi cuerpo pero que no puedo cambiar y tengo que aceptarlas (el orden es aleatorio):
- Mis pies: están totalmente envenados. Todas las venas sobresalen y a mí me da mucho asco. Y no quiero imaginármelos si es que llego a los 80 años.
- La forma de mi cara: es ovalada y me gustaría más una un poco más angulosa. Pero hay que aguantarse.
- Mis estornudos: son muy fuertes y ruidosos. En eso he salido a mi padre. Bueno, los suyos son peores, porque cuando estornuda retumba la casa entera. Y es algo que me avergüenza bastante, especialmente cuando si estoy haciendo un examen o estoy en una biblioteca o un sitio silencioso.
- El ruido que meto al sonarme la nariz: me pasa igual que con los estornudos: son muy ruidosos. Solo que eso lo he sacado de mi madre. Si ya de pequeña comparaba el ruido de mi madre con el de una trompeta -__-
- Los pelos que me salen en la barbilla por el SOP: al menos me los puedo quitar, pero muchas veces en mi afán anti-pelos acabo haciendo pequeñas heridas en la barbilla. Pero lo acepto, porque por mucho que me queje mis hormonas están programadas así. Y además hay mil enfermedades peores.
- Mi altura: contra esto ya no puedo hacer nada más que conformarme con mi 1,61-1,62m.
- Mi pelo en su forma natural: es odioso. Por ahí tengo fotos, así que un día las subiré para que lo veáis.
- Mi dermatitis en los brazos (del hombro al codo): no sé si es dermatitis 100% (después de verano iré a un dermatólogo). Y parece que algo de hereditario también hay, porque mi padre también tiene.
- Mis ojeras moradas: que, por lo que he leído, también tienen algo de hereditarias (bendita genética ¬¬). Me salieron con 14 años o así y no dependen de las horas de sueño; siguen estando ahí.
Y aquí lo dejo, que seguro que si me pongo me salen muchas cosas más. Son cosas que no me gustan pero que he aceptado que son así y que no van a cambiar. Así que mejor aceptarlas que amargarme pensando en lo que tengo.
No he viajado mucho por España, pero hoy y en futuras entradas voy a dejar algunas fotos del lugar que, hasta ahora, más me ha impresionado, gustado y enamorado: La Alhambra. Estuve hace dos años con mi padre y me pareció preciosa (aunque es una pena que los leones estuvieran en restauración). Además, cuando visito un sitio, desarrollo el "síndrome japonés" y saco fotos a cualquier cosa, a cualquier mínimo detalle que me guste. Y como saqué tantas hoy dejo algunas correspondientes al Generalife (era abril, por eso el cielo está blanco):
Los jardines eran preciosos |
Los caminos totalmente cubiertos de verde me encantan, me recuerdan a un cuento de hadas |